Me desperté de madrugada deseando tener un vestido blanco. Y seria de gasa. Era un deseo intenso y lucido. Creo que era mi inocencia que nunca ceso. Algunos, lo se bien, hasta se lo dijeron, me encuentran peligrosa. Pero también soy inocente. Las ganas de vestirme de blanco fueron lo que simplemente me salvo. Se, y tal vez solo yo y algunos lo sepan, que si tengo peligro también tengo pureza. Y ella solo es peligrosa para quien tiene peligro dentro de si. La pureza de la que hablo es límpida: hasta las cosas malas una acepta.Y tienen gusto a vestidos de gasa. Tal vez nunca llegue a tenerlo, pero es como si lo tuviera, de tal modo se aprende a vivir con lo que tanto falta. También quiero un vestido negro, porque me hace mas clara y hace que sobresalga mi pureza... ¿es realmente pureza? Lo que es primitivo es pureza. Lo que es espontáneo es pureza. Lo que es malo es pureza. No se, se que a veces la raíz de lo que es malo es una pureza que no pudo ser.
Me desperté de madrugada con un deseo tan intenso de un vestido blanco, de gasa, que abrí mi guardarropa. Había uno blanco, de paño áspero y escote redondo. ¿Aspereza o pureza? se una cosa... amor, por violento que sea, es.
Y he aquí que de repente vi que no soy pura.
Clarice Lispector