De cómo sentirme sola, de estar rodeada de un ruido atronador y, aún así, llena de gente, llena de tacto, de luces y monedas. Tener ese vacío acuciante que me deja los pies y las manos frías de tanta humedad… gusanos. Entes urbanos que buscan un lugar de ser, de estar, de pensar, de sentir. Sólo miradas vacías y cuerpos que me impiden pasar. Buscar la forma de estar acompañada por mí misma, por ese pulso íntimo que late en mi cabeza y en mis pantalones. De cómo sentirme acompañada por cabezas guillotinadas que me hablan…