Volviò a despertarse dos horas mas tarde. Esta vez se decidió a enfrentar la realidad. Fue a la cocina, se hizo un mate y deambulò erráticamente por la casa mientras cebaba.
Miró el celular: nada. Esta vez las imágenes se le aparecían cada vez mas claras: las risas, las corridas por la casa, los gritos de alegria, ese Martini. De repente todo se habia nublado, ella no entendía bien porque. La cama, enorme para dos, era un fantasma que la empujaba cada vez más a esa charla que ella no quería ni podía sostener. Ella, siempre tan fuerte, se sentía culpable y niña cuando discutía con el. Todas las verdades que ella vivía en su cuerpo, el dolor, la resignación, los enojos, se volvian débiles ante sus argumentos.Fue hasta la ventana con el mate en la mano. Todavía dentro de ella, el temblor de ese otro cuerpo dentro del suyo, tan lejano y tan visceral.
Se quedó mirando por la ventana, hasta la caída del sol, conteniendo las lágrimas. No iba a llorar más. Ya había llorado demasiado.
1 comentario:
¿porque son tan duros los duelos?
beso
A
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