3.9.08

Hay un hombre...


Hay un hombre dando vueltas... ella lo mira, cambia la copa de mano, gira la cabeza. Cuando ella no mira, el que gira es él. Los dos festejan un cortejo tácito. Rodeados de gente, la música suena en el aire como si los acordes fueran el aire mismo. El humo de los cigarrillos no encuentra lugar de escape. Ella fuma, el fuma y no tienen ni la excusa para pedirse fuego.
A las tres horas de comenzado el after office, las corbatas se aflojaron, los tacos fueron olvidados y las recatadas camisas femeninas muestran el nacimiento atrevido de los pechos guardados durante el invierno. El relajo del día de oficina se empieza a sentir. Es cuando los casados, los concubinos y los separados con hijos empiezan a partir. El círculo se achica. Ellos siguen ahí.
Ella sigue tomando. El sigue fumando. Se ojean. Chocan los codos cada tanto. Ríen. Cuando alguno va al baño, el otro lo vigila ("ahí vuelve...! vuelve!"...). Pasan las horas. La cercanía es cada vez más insoportable. A ella le quema la cintura, él no puede dejar de mirarle insolentemente el cuello de la camisa.
"Me voy...- dice ella- me espera mi novio en casa."
"Yo también...dice él - me encuentro con mi mujer a cenar."

Los demás saludan indiferente y ebriamente. Las risas cruzan el lugar y los olvidan rápidamente.
Ellos bajan la escalera, juntos.
Salen al frío de la calle. Se miran largamente. Sonríen. Sacan cigarrillos y se convidan fuego.



Y se suben a dos taxis diferentes.

4 comentarios:

JuliánFayolle dijo...

¡Al fin!
Pensé que te habías aburrido de ésto.

¡Las veces que me ha pasado eso del relato! Y te quedás pensando "y si hubiera..." Algo así se llama el Síndrome de la escalera, ¿no?

Ajenjo dijo...

Chofer, siga a ese taxi!

beso
A

Capitan de su calle dijo...

Volvió lady...cuanta cosa que pasó.
Al fin...


es la misma de antes. Cambiada, pero la misma escencia.

Besos

Safira dijo...

Esta Lady, esta Lady... Me pierde el pelo pero no las mañas... jajaajajajaja...
Te extraño, por que rumbos andará esa chica de rouge fuerte?