1.6.09

Coraje...

El grito retumbó en las paredes del camarín esa noche:
- Donde está?????!!!- se escuchó.
Las chicas se quedaron inmóviles. El aire se endureció. Tangas, plumas, purpurinas al borde del derrame, una peluca a medio poner y Lady que sale corriendo en medias de liga y zapatillas al pasillo.
- Que pasaaaaaaaaacaestoyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! que encima que me cagás a gritos te llevaste mis cigarrillos!! - le espetó a Coco, que la esperaba con las planillas en la mano, los brazos en jarra y la ridícula camisa hawaiana abierta hasta la mitad del pecho.
-Tenías que salir hace media hora!
- Nooooo, que media hora, si te vengo preguntando y me decis que ya me vas a avisar, y nunca me avisaste!!
- Bueno, ya es tarde, ya deberías haber salido. Ahora esperá a que dé toda la vuelta de chicas y listo.
- Pero la puta madre, Coco!!! estoy acá desde la medianoche , la conc... - la puteada se desvaneció en el aire mientras volvía al camarín.
Maila la miró entrar. Ahora le tocaba a ella. La palmeó en el hombro, se acomodó el escote y con su voz suave y aniñada le dijo que se tranquilize. Ella le cedería su segundo turno.


Ese día no salió. La vuelta de las chicas se extendió hasta las 4 y media de la mañana, Maila no tenía segundo turno programado y a esa hora ya no daba para nada más. Lady lo puteó a Coco, cobró menos de lo que tenía que cobrar, se tomo un taxi y volvió a casa. Durante la semana volvería a llamar para putearlo. O para arreglar bien la hora, quizás pueda llamar un poco más sosegada.

Las luces de la ciudad se reflejaban en el vidrio del auto de alquiler. Ella, de mal humor y con sueño. De repente, le pareció ver algo. Alguien conocido. El taxi frenó en el semáforo. Ella entrecerró los ojos y enfocó la mirada. Mierda, debería haberme sacado las pestañas postizas, pensó. Si, era él. Upa, no estaba solo. Se lo veía feliz. El taxi arrancó. Ella terminó de sacarse las pestañas puteando en voz bajita (si, tuvo un día reee reee puteador). Que bueno. Se alegró por el.
Se alegró por ella. Volvió a putear, ya casi por costumbre del día, pero en realidad porque le hubiese gustado enterarse de otra manera.

No se le puede pedir a los hombres el coraje de las mujeres.

4 comentarios:

Ajenjo dijo...

No, pero ¿por qué debería haberlo dicho?

beso
A

Lady Camila Carrara dijo...

porque se lo debía.

antonio dijo...

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Lindelen dijo...

yo cuando lo busco no encuentro coraje ni en hombres ni en mujeres... ni en nada... hay gran falta de coraje en el mundo, lástima...