13.7.09

Lectura de la semana...


Conocía de memoria el camino hasta la tumba del marido, pero hoy había tenido de
pronto la sensación de estar por primera vez en este cementerio. No podía encontrar la
tumba y le pareció que se había perdido. Tardó un rato en comprender: allí donde solía
estar la losa de granito gris con el nombre de su marido en letras de oro,
exactamente en el mismo sitio (reconoció sin lugar a dudas las dos tumbas vecinas),
había ahora una losa de mármol negro con un nombre completamente distinto en letras
doradas.
Enfadada, se dirigió a la administración del cementerio. Allí le dijeron que, al expirar el
plazo de alquiler, las tumbas se liquidan automáticamente. Les reprochó que no le
hubieran advertido previamente que debía prolongar el alquiler y le respondieron que
tenían poco sitio en el cementerio y que los muertos viejos debieran dejar sitio a los
muertos jóvenes. Aquello la indignó y les dijo que no sabían una palabra de humanidad y
respeto por las personas, pero comprendió que la conversación era inútil. Del mismo
modo en que no había podido impedir la muerte de su marido, ahora se encontraba
igualmente desarmada ante su segunda muerte, esa muerte de «muerto viejo» que ya no
puede existir ni siquiera como muerto.




Vacaciones por gripe A.
Lectura, mate y amor.

1 comentario:

Helena, dijo...

q guacha!! jejeje, yo quiero vacaciones por gripe a! solo de la facu no me alcanza