Ella baja del auto y corre, como escapando, a la puerta del edificio. Jamás mira atrás, entra apurada, y desaparece.
Pateo el acelerador, como si el auto fuese un caballo y mis botas tuvieran espuelas. “No pienses”, me digo. “No sientas” me grito. Alcanzo la avenida y acelero aún mas.
Ahora el que escapa soy yo. Busco los cigarrillos, y al intentar encender uno, me doy cuenta de que mis manos tiemblan. Todavía están impregnadas con su aroma. Desesperado enciendo la radio para acallar las voces que me dicen que de la vuelta y vaya a buscarla para llevármela lejos.
La radio vomita una melodía conocida: “English Summer Rain”. Se me corta la respiración y pienso en que el universo tiene un sentido del humor bastante cínico. Como yo. Cuando el amor es negado, la mejor manera de encarar la vida es no tomársela en serio. Funciona para mí.
La avenida se ensancha y no hay autos alrededor, asi que vuelvo a patear a mi pura sangre, que relincha enfurecido y me lleva lejos, cada vez más lejos, pero no hay donde correr, ni donde esconderse. Por más que corra, para mí ella sigue sentada en el asiento del acompañante, mirándome con compasión y ternura, estira sus dedos para tocar mi frente, pero un centímetro antes se desvanecen, mezclándose con el humo del cigarrillo.
El motor ruge embravecido, la velocidad aumenta. No hay distancia que me separe de ella. Jamás la hubo.
Mis ojos se nublan y siento como algo tibio baja por mi mejilla. Estiro la mano y alcanzo la botella de tequila. Me tomo casi la mitad de un sorbo. Es inútil: no existe antídoto para este veneno.
3 comentarios:
¿vos me lees la mente? ¿o me seguiste a escondidas?
beso
A
calma hombre...le va a hacer mal...calma.
Tomese un traguito y acostumbrese...
asi son las cosas en almagro
Asi son las princesas de Almagro...
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