Despertó, con la cabeza partida en cinco. Cinco, exactamente, la cantidad de speed con vodka que había tomado la noche anterior. Las luces, los tacos, el brillo, la mùsica, los freaks...y el vodka, el vodka. El paneo de su casa, sunday morning: equipo de armar tabaco en la cocina, una cerveza abierta, tres pateticos intentos de mojito, tabaco, gatos famélicos, la cartera de leopardo y los tacos en el piso del recibidor, el pantalón en el living, la remera y la bikini en el piso del baño, las luces de navidad prendidas, ella, acostada en el borde de la cama, con un pie en el suelo. Nada sexy.
Primer trago... en casa. La previa. Esperaba a su hermano, su novia y un amigo. Vodka de durazno y speed, mientras combinaba el maquillaje con la remera de flores. El dress code de la noche era playa, así que planto una flor roja sobre la oreja, y los rosados y violetas invadían el rostro. Purpurina, tacos y jean recogidísimo.
Era lo mejor que podía hacer...
Segundo trago... apenas llegada al evento. Recordaba los flashes de las càmaras. Lady, posando en bikini con la Drag Queen de dos metros y tostado extraordinario. La peluca blanca y larga se mezclaba con su pelo negro, mientras que alrededor los flashes se continuaban uno tras otro...
Tercer trago: bajó a la pista ochentosa. Bailó un poco. Fue el baño y de regreso, se topó con la barra. Y bueno...
Cuarto trago: acà se complica. Probablemente haya subido a la otra pista. Si, creo que allì encontró al anfitrión de la fiesta. Se saludaron amistosamente.Creo. Volvió a bajar...creo.
Quinto trago: SEGURAMENTE fue abajo. Se sentó, su hermano le pregunto si estaba bien, ella dijo que si, pero que se quería ir. Se levantò y salió a la calle. Tacos, tacos, adoquin, vodka. Ni en el peor show estuvo tan inmanejable el equilibrio. Con ayuda, caminó las siete cuadras que la separaban de su casa.
En ese momento entendió porqué estaba todo tan desordenado. Se levantó, se sacó la purpurina violeta de los ojos, preparó mate con tostadas y se puso a ver dibujitos en la tele. Fuckin speed, no iba a poder seguir durmiendo.
Por otro lado, aprendió una lección importante. No torturarse. Borró de sus direccionarios a la gente que le hacía mal. No tenía porque ver cosas que no quería.
Así, que se dió el lujo de descuidar UN POQUITO su cuerpo, porque su mente estaba a salvo.
Bien a salvo...
2 comentarios:
eso de borrar a la gente que estorba es fundamental
YM, aclaremos, borrarlos, si, pero de la agenda nomás. No es cosa de andar enviando sicarios por media cuidad.
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